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domingo, 24 de abril de 2016

24/04: DMZ Vol. 8: Corazones y Cerebros



24/04: DMZ Vol. 8: Corazones y Cerebros (192 Págs.)
Brian Wood, Ryan Kelly y Riccardo Burchielli – Planeta DeAgostini 2010

El volumen 8 de DMZ (que recopila los números 42 al 49) nos presenta dos historias independientes de temática muy diferenciada. La primera historia que tenemos está bautizada como No hay futuro (No future en la edición original). En este relato los sospechosos habituales de la serie casi desaparecen para dejar lugar a un hombre cuya anexión a un grupo de insurgentes termina por conducirlo al borde del precipicio. Se trata de una interesante historia que nos muestra cómo con las trampas psicológicas adecuadas, prácticamente cualquier persona puede degradarse hasta convertirse en un convencido terrorista suicida. En la siguiente trama, que da título al tomo (Hearts and Minds en la edicion original) comprobamos como Matty Roth inicia una sucesión de graves errores que conducen al periodista a un punto sin retorno en su estatus dentro de la DMZ. La tensión en Manhattan se vuelve a poner al rojo vivo.

 Brian Wood, guionista y creador de la colección, cuenta en esta ocasión con dos dibujantes. En No hay futuro encontramos a Ryan Kelly, con quien Wood ha trabajado en trabajos de la altura de Local o Northlanders. Kelly nos presenta en esta ocasión un arte expresivo y cumplidor, justo en las escenas de acción pero muy certero en la expresión facial y corporal. Una curiosidad, en el foro de Brian Wood se presentó por primera vez las láminas de No Future engañando a los fans y comentando que lo que el tándem estaba preparando era un trabajo para Punisher.
 Por el contrario, en Corazones y Cerebros regresa el europeo Riccardo Burchielli, que presenta su habitual feísmo eficaz y su más que destacable narrativa de cómic contemporáneo; que sumerge al lector en cada escenario y cada situación.
 DMZ se compone de doce volúmenes y al terminar el octavo, como si se tratara de una perfecta operación matemática, parecemos estar cerrando el segundo acto. Matty nunca estuvo peor  y la última persona que podría hacerlo cambiar de opinión le pidió que nunca volviera. La tensión con la que juega esta obra de ficción es extraordinaria, y te hace querer seguir leyendo el resto de la historia. Una serie híper recomendable, la cual tiene todo el potencial para convertirse en un clásico moderno del cómic.

miércoles, 24 de febrero de 2016

24/02: DMZ Vol. 7: Poderes Bélicos



24/02: DMZ Vol. 7: Poderes Bélicos (168 Págs.)
Brian Wood, Kristian Donaldson y Riccardo Burchielli – Planeta DeAgostini 2010

A "DMZ", una colección de la marca Vertigo recomendada para seguidores de sagas "cercanofuturistas" como "Y, The Last Man" o "The Walking Dead", le ha pasado a la altura de sus números 35-41 algo parecido que lo que a su protagonista: No vamos a decir que sea brillante, pero se las apaña mejor que bien para mantener el tipo (y el ritmo). Esos siete números son los que componen el tomo que ha publicado Planeta DeAgostini, "Poderes Bélicos", en el que el periodista que protagoniza la historia, Matty Roth, continúa espabilando para moverse como pez en el agua en el contexto de la segunda guerra civil americana. Nueva York es el escenario, donde confluyen los frentes de los USA, los FSA y las fuerzas locales del tercero en discordia, Parco Delgado, electo gobernador del ojo del huracán, la DMZ.

 "Poderes Bélicos" es un volumen con tres partes que veréis claramente si miráis el perfil del libro por el lado opuesto al lomo: Papel blanco, papel negro, papel blanco, o lo que es lo mismo: "La isla" (2 capítulos), el principal "Poderes Bélicos" (4 capítulos) y una historieta "corta" titulada "Zee, DMZ".
 "La isla", el relato de un acuerdo tan imprevisible que hasta resulta verosímil, usa algunas imágenes que recuerdan a Guantánamo o a Abu Ghraib, aunque en realidad va de un palo distinto. Dibuja
Kristian Donaldson, que no lo hace mal aunque su estilo "amigable" quizás no sea el más adecuado.
 "Poderes Bélicos" opta por el estilo más rudo de
Riccardo Burchielli, un contraste visual que le pone unos cuantos añitos encima a Matty. Esta trama es la que da el nivel actual de "DMZ", porque plantea una premisa creíble que pone a toda una serie de jugadores en acción: Sí, Parco Delgado se lo ha montado muy bien, pero si quiere que su pequeño reino se asiente, necesita dinero. Ahí entra una leyenda urbana: El oro de Chinatown. Si es real, Matty debe encontrarlo. Si es falsa, Parco se las verá y se las deseará para salir adelante. Los cuatro capítulos están magníficamente desarrollados por Brian Wood, el guionista, que recupera tanto a un temible oponente como a unos apreciados Fantasmas, además de mostrarnos con acierto las circunstancias apremiantes y el estado emocional del protagonista.
 Este "DMZ" resulta, en definitiva, un notable ejercicio de ficción bélico-política capaz de captar nuevos lectores. Súper recomendable para los que quieran comprar el TPB en inglés o pueden conseguir por algún dealer esta versión en español.

martes, 17 de noviembre de 2015

17/11: DMZ Vol. 6: Sangre en el Juego



17/11: DMZ Vol. 6: Sangre en el Juego (144 Págs.)
Brian Wood y Riccardo Burchielli – Planeta DeAgostini 2009

Las cosas se complican y mucho en Nueva York, en DMZ una vez que llegamos al magnífico y portentoso arco argumental Sangre en el Juego (#29 a 34). En esta nueva entrega conoceremos un poco más a la familia de nuestro protagonista Matty Roth, puesto que además de una nueva aparición de Mr. Roth, entrará en escena su madre, Madeleine Mastro. Y por supuesto sabremos del controvertido candidato a la alcaldía de la Ciudad. Demos la bienvenida a nuestra historia a Parco Delgado, presidente del partido Delgado Nation, un hombre que llega dispuesto a marcar a fuego su huella en esta ficción.
Por primera vez desde que diera inicio el conflicto, se ha alcanzado un alto el fuego en la DMZ, tras un considerable esfuerzo diplomático. Es el momento idóneo para llevar a cabo un simulacro de elecciones y facilitar así la impresión de que la situación empieza a estar controlada.

 Y en esas están las dos facciones militares participantes en la disputa cuando al proceso electoral se suma por sorpresa el partido Delgado Nation. Esta organización personaliza la voz del pueblo e insta al ciudadano a participar de un proceso del cual estaba siendo alejado. Con Madeleine Mastro como directora de campaña, Parco Delgado da inicio a una carrera política participativa, vestida de no pocos radicalismos. Al salirse esta situación del guión pre-establecido por las fuerzas militares, el nuevo postulante se encontrará muy pronto con la rigurosa oposición de aquellos que rigen hasta ese momento los designios de la ciudad. Y de esta forma llegamos al día de las elecciones, un crudo relato de cómo los comicios son sometidos a extorsión, intimidación, violencia y miedo. Comprendemos de esta manera lo riguroso de la vida en una ciudad magullada por el conflicto; donde cualquier intento de cambio conlleva un alto sacrificio. Sin duda debió escocer al lector americano, porque les han presentado en su propia casa el tipo de elecciones que normalmente vemos en lugares remotos que nos venden como incivilizados. El lector asiste a unos comicios en los que los observadores internacionales se han quedado en el hotel, aterrorizados, los cascos azules de la ONU son quitados de en medio y los mercenarios de Trustwell interfieren impunemente imponiendo su propia ley. Y consciente de todo ello está Matt Roth, estrechamente vinculado ahora a la política.
 Resulta conveniente hablar un poco de la figura de Parco Delgado, dada la categoría que este personaje adquiere en la serie desde el momento en que hace su aparición. Se nos habla de Parco como un colombiano líder de una banda callejera y una no muy recomendable compañía. Tras esta referencia su figura se desvanece hasta el momento actual, donde lo encontramos constituyendo la cabeza visible de un partido radical, que más bien da la impresión de ser una milicia más. Por todo ello, el personaje de Parco Delgado toma prestadas muchas actitudes y elementos políticos/sociales de líderes latinoamericanos como Hugo Chávez, Evo Morales o el siempre referente Fidel Castro. Aunque por otra parte la figura de este candidato tampoco puede eludir a Barack Obama, actual residente de la Casa Blanca. Delgado es en Sangre en el Juego lo que Obama era en marzo de 2008 (fecha original de publicación de la saga), el prometedor candidato de una etnia minoritaria con notable apoyo popular. Leyendo el cómic encontramos suficientes paralelismos entre ambas figuras, puesto que en los dos casos los candidatos hacen valer proclamas efectistas aunque vacías, con un discurso asentado a nivel de calle y altamente efervescente para el ciudadano de clase media o baja.
 Sangre en el Juego es una historia que versa sobre política no es tal vez algo demasiado original. Sin embargo, tras esta pancarta presenciamos una ácida crítica a la política actual; desde las manipulaciones electorales de occidente a los espejismos democráticos que cada vez más impunemente se comenten en oriente. Todo ello sumado a ese equilibrio de poder que tan a menudo lleva a cabo la serie (falso documental, acción, tensión, crueldad) y que le confiere imborrable personalidad como indefinido género.

sábado, 26 de septiembre de 2015

26/09: DMZ Vol. 5: La Guerra Oculta



26/09: DMZ Vol. 5: La Guerra Oculta (144 Págs.)
Brian Wood, Riccardo Burchielli, Nathan Fox y Danijel Zezelj – Planeta DeAgostini 2009

La serie DMZ alcanza con este tomo de la edición en castellano los números # 23 al 28. En este volumen, Brian Wood, guionista del proyecto, decidió desplazar al protagonista para plasmar a modo de capítulos autoconclusivos las vivencias de otros personajes en ese entorno peligroso y hostil. Al tener en esta ocasión todas las historias nombre propio, tal vez lo mejor a la hora de hablar de este tomo sería emplazar a cada uno de los personajes en su debido contexto. A primera vista, puede parecer que algunos debutan por primera vez en estos relatos. Sin embargo, comprobaremos el nivel de planificación de la obra al descubrir que todos ellos han sido mencionados al menos en una ocasión hace como mínimo 11 números.

 En esta compilación conviven algunas historias magistrales con otros capítulos que seguramente no pasarán a la posteridad. Entre los mejores momentos se encuentran Kelly y Fuego Aleatorio; y capítulos como Década Después o Soames me transmitieron bastante indiferencia. Sin embargo, si sumamos los aciertos con el hecho de que las historias están llenas de detalles y nos ofrecen pistas de acontecimientos futuros, la valoración final del tomo es muy notable. Pienso que lo positivo (las grandes historias, los acertados autores, las pistas) pesan en la balanza más que lo negativo, conformando una lectura muy recomendable.
 Un verdadero desfile de genialidad transcurre ante los ojos del lector en La Guerra Oculta. Empecemos por el dibujante titular, Riccardo Burchielli. Este autor italiano cumple con su labor, aunque hay ocasiones en que acusa cierto cansancio y sus figuras se presentan más toscas, menos trabajadas. Pese a todo, su arte sigue desprendiendo actualidad y compromiso. Danijel Zezelj, el autor con el nombre más impronunciable del sello, se encarga de Wilson, un capitulo duro y descarnado que encaja a la perfección con el perfil del dibujante. A Nathan Fox lo encontramos también en Fuego Amigo, el tomo anterior. El dibujo de este autor es áspero y anguloso, y sus personajes no son los más guapos precisamente. Sin embargo, su contorsionado uso de la anatomía y el exagerado empleo de la expresividad facial funcionan de maravilla a la hora de contar historias intensas de acción. De manera que se puede contar como otro acierto del equipo artístico de la serie.
En todos los relatos, sus protagonistas toman decisiones drásticas y luego sufren sus consecuencias. De esta manera las historias suscriben un cambio de status irreversible hacia el que el personaje se encamina. Sin embargo, aparte de menciones a muchos de los actores que hoy nos ocupan, también se lanzan pistas de otros elementos que serán importantes en el futuro, por lo cual este tomo es interesantísimo para la serie.

viernes, 24 de julio de 2015

24/07: DMZ Vol. 4: Fuego Amigo



24/07: DMZ Vol. 4: Fuego Amigo (130 Págs.)
Brian Wood, Riccardo Burchielli, Nathan Fox y Kristian Donaldson – Planeta DeAgostini 2009

Este es el cuarto volumen de esa magnífica serie que es DMZ. El tomo en cuestión recoge el arco argumental Fuego Amigo (DMZ #18-22) para el que el guionista y creador de la serie, Brian Wood, contó nada más y nada menos que con tres dibujantes principales: el artista regular de la colección, Riccardo Burchielli, que se encarga de narrar los vericuetos que siguen en el presente las andanzas de Matty Roth; Kristian Donaldson, que se encarga de sustituirlo en el número #20 como ya hizo en el número autoconclusivo sobre Zee Hernández (#11); y, finalmente, Nathan Fox (de trazo “feo”) que se ocupa de ilustrar los flashbacks relativos a sendos personajes relevantes en la trama del arco. La edición, como en los tomos anteriores, de muy buena calidad al español por Planeta DeAgostini.

 A nivel argumental, Brian Wood demuestra una vez más que sigue manteniendo el mismo tono incisivo y crítico con cuantos aspectos de los conflictos bélicos contemporáneos centran los guiones. De hecho, su tratamiento en esta ocasión de las decisiones militares y las matanzas de civiles por error (en concreto, las que afectan a los ciudadanos del propio bando) daría para horas de conversación y múltiples puntos de vista. Lo mejor de todo, sigue siendo que en lugar de proporcionar una visión sesgada o partidista del tema, Wood opta por lo que considera que es verdaderamente poner el dedo en la llaga: hacer preguntas y dejar que nos las contestemos: ¿quiénes son los soldados rasos que participan en una guerra, de dónde han salido y qué motivos les han llevado a alistarse? ¿Cómo nos contentamos ante cualquier problema por grave que sea con la simpleza de encontrar un “chivo expiatorio” a quien culpar? ¿Cómo se manipula la opinión pública? ¿Cómo es posible la paz en una sociedad fracturada donde subyace el odio? ¿Qué responsabilidad tienen los mandos en el comportamiento de las tropas a su cargo?
 En definitiva, con el nuevo número los lectores aficionados a esta serie volvemos a tener lo que buscamos en ella: la virtud de un discurso necesario y no maniqueo en lo que a periodismo y conflictos bélicos desde el punto de vista de los civiles se refiere. Wood gestiona y justifica conceptualmente la incorporación de dibujantes invitados, y consigue hacernos vibrar con la tensión que provoca a cada página.

martes, 26 de mayo de 2015

26/05: DMZ Vol. 3: El Cuerpo de Un Periodista



26/05: DMZ Vol. 3: El Cuerpo de Un Periodista (128 Págs.)
Brian Wood y Riccardo Burchielli – Planeta DeAgostini 2008

DMZ: Obras Públicas es la tercera entrega de una serie que se ha convertido por derecho propio en una de las mejores obras que editó Vertigo, casi en el panteón de los personajes fabulosos que todos conocen. En total tenemos otros cinco números (#13-17 USA) que desarrollan un arco argumental completo y en los que la creación de Brian Wood y Riccardo Burchielli sigue ganando en complejidad y frescura narrativa (homenaje a V de Vendetta incluido). Respecto a la edición española, decir que la reproducción es correcta y fiel, y que como extras se incluyen bocetos realizados por el dibujante y un artículo como introducción.  De un tiempo a esta parte la guerra parece haberse encauzado a través de la vía diplomática y las escaramuzas armadas han quedado atrás en la New York de esta historia. Es el momento perfecto para que las empresas privadas de seguridad y reconstrucción como Trustwell Inc. acometan el proceso de devolver el esplendor a una infraestructura destrozada. Pero hay un problema: una ola de actos violentos está dificultando el proceso, provocando además una escalada de tensión entre Trustwell, la ONU y los habitantes de la DMZ.

Y como algo huele a podrido en todo esto, nuestro protagonista Matty Roth decide sacar todos los trapos sucios a la luz, aunque implique infiltrarse en una de las células terroristas y poner en peligro a todos sus seres queridos. La guerra es un gran negocio. Independientemente de los motivos que la desencadenen, la maquinaria bélica arrastra un sinfín de beneficios industriales colaterales para empresas armamentísticas, asesorías políticas y militares, grupos de comunicación, todos ellos sacando provecho de los conflictos armados. Pero el gran premio viene después. Y es que, quien gana la guerra, gana los derechos de reconstrucción del país donde se ha desarrollado.
Esto constituye un motor para toda una nación. Aeropuertos, carreteras, casas, escuelas, telefonía, luz, agua, gas, poner en marcha todo esto y, de paso, inculcar un provechoso sentido de las necesidades que cree un futuro consumidor de exportaciones es suficiente para dar de comer a casi todo un país, al tiempo que resulta una increíble fuente de ingresos. Especialmente si se usa mano de obra local menos exigente con eso de los sueldos y las sindicaciones.
No obstante,  a veces existe un escollo  que impiden llenar las arcas,  y es el terrorismo local. Es en muchas ocasiones provocado por la pobreza y la falta de esperanza que hacen cautivas del fanatismo, la alienación o la mala leche a las personas que lo ejercen, perfectamente ejemplificados en los casos de Amina y el jefe de la célula terrorista.
Da gusto ver cómo, cuando se perciben buenos elementos de partida en un cómic, éste responde trascendiendo su siempre inevitable presentación para desarrollarlos como se merecen una vez que se tiene cancha para ello. El presente arco de DMZ es, sin duda, lo mejor de una serie que tomo tras tomo aspira a más; cinco números compactos, sin capítulos sueltos, que demuestran que Brian Wood le ha tomado el punto exacto a su creación y que Riccardo Burchielli ha hecho lo propio con los lápices. Es decir, que narrativa y gráficamente resulta una delicia. A nivel argumental, lejos de agotarse en sí misma, la colección sigue proponiéndonos nuevos aspectos respecto a los cuales reflexionar. Tal vez podría achacársele que en esta ocasión la trama resulta algo previsible, pero la ausencia de contemplaciones y el buen hacer al exponerla eliminan toda gana de protestar. En definitiva: un cómic potentísimo, duro, realista que resulta en parábola perfecta de cualquier guerra de la última mitad del siglo XX o principios del XXI. E incluso, tal vez, de cualquier guerra que una vez fue.

martes, 24 de marzo de 2015

24/03: DMZ Vol. 2: El Cuerpo de Un Periodista



24/03: DMZ Vol. 2: El Cuerpo de Un Periodista (168 Págs.)
Brian Wood y Riccardo Burchielli – Planeta DeAgostini 2008

La serie DMZ, dentro del sello Vértigo y publicada al español por Planeta DeAgostini, guionizada por Brian Wood, lleva un mensaje implícito en su título: Zona Desmilitarizada. Que en la portada de un cómic aparezca como título tres consonantes, es, cuando menos, arriesgado. Y para un lector, ávido de nuevos títulos con calidad suficiente, un reclamo a su curiosidad, para descifrar el significado de esas tres letras.  Con DMZ, el sello Vértigo nos adentra en el siempre interesante mundo del enviado especial. El periodismo de “a pie”, que tanto seduce y atrae por sus tintes aventureros e incluso románticos, es campo abonado para construir historias que giren en torno a la citada posición. Transmetropolitan, del mismo sello, es uno de esos ejemplos, en el que el guionista nos transporta a mundos y futuros ficticios, excusas para que, a través de los ojos del periodista, nos muestren su particular punto de vista.

 DMZ, nos muestra las andanzas de un novato, Matty Roth, en esto del mundo del enviado especial. Como reportero en prácticas, es asignado, gracias a los contactos de su padre, al equipo de uno de los mejores periodistas del país. Desgraciadamente, pronto descubre lo poco que vale su oficio cuando se entra en una zona de guerra, quedando como único superviviente.
Ambientado en un futuro en el que los Estados Unidos tal y como conocemos, han desaparecido del mapa, DMZ se centra en mostrarnos la segunda guerra civil de los USA. Dos bandos, los denominados Estados Libres y los EEUU, luchan en cada rincón del país buscando ganar una enquistada guerra. El campo elegido como operaciones, es la denominada Zona Desmilitarizada, situada en la antigua isla de Manhattan. Un argumento, dirían muchos, que se puede definir como ciencia ficción. Pero, con el paso de las páginas, uno empieza a dudar si no pudiera ocurrir que algo parecido estuviera mas cerca de lo que creemos.
 Brian Wood, oriundo de Nueva York y conocedor de la ciudad, va construyendo una magistral crítica al sistema. Manipulación de los medios y del ciudadano medio, intereses políticos y militares, nada queda impune con la excusa de la visión objetiva de Matty Roth. Como se suele decir, la primera víctima en una guerra es la verdad, y Wood sigue esa máxima a la hora de crear su historia. Hay dardos que apuntan directamente contra la complicidad de los militares con las empresas dedicadas a la reconstrucción, y sobre todo, al hastío existente entre todos aquellos que no entienden el proceder de los USA. Lecturas las habrá de todos los gustos, pero la explicación que se da del comienzo del conflicto que da lugar a toda la serie, es todo un corolario de los males que acechan a cualquier sociedad actual.
 Si el primer tomo nos ponía únicamente en marcha, sin que entendiéramos mucho del por qué de la situación de la Isla de Manhattan y de la guerra misma, en el segundo tomo empezamos a ser conscientes de lo que está pasando en suelo estadounidense, con personajes secundarios que van tomando mucha personalidad (como el capítulo dedicado al pasado de Zee).
 Sin duda, una de las serie mas sorprendentes de los últimos tiempos y altamente recomendable.

jueves, 15 de enero de 2015

15/01: DMZ Vol. 1: Sobre el Terreno



15/01: DMZ Vol. 1: Sobre el Terreno (128 Págs.)
Brian Wood y Riccardo Burchielli – Planeta DeAgostini 2007

Con una expectación enorme por leer excelentes críticas, hoy es objeto revisión: DMZ (Demilitarized Zone, o Zona Desmilitarizada) de la mano de Brian Wood (alma mater de un proyecto que guioniza, co-dibuja y para el que diseña las portadas) y Riccardo Burchielli (limitado al apartado gráfico como co-dibujante). La edición que publica Planeta DeAgostini está en la misma línea de trabajo que la editorial desarrolló para el sello Vertigo: tomo en rústica de 128 páginas a color, análogo al TPB USA correspondiente, y que recoge las cinco primeras entregas de esta serie. El volumen goza de una traducción correcta, y cuenta con un prólogo a cargo de Brian Azzarello y un texto final a cargo del mismo Brian Wood. Los únicos –y minúsculos defectos que le veo son no contar con numeración de colección, y carecer de un extra imprescindible que sugiero incluir en el futuro: un mapa de Manhattan para poder seguir mejor los acontecimientos. Por lo demás, un trabajo impecable.

 En un futuro cercano, lo imposible se ha hecho realidad. Una Segunda Guerra Civil asola todo Estados Unidos. Con el Ejército y la Guardia Nacional embarcados en guerras preventivas a lo largo y ancho del mundo, pequeños grupos antisistema de carácter paramilitar se hicieron fuertes en las ciudades del Medio Oeste y Nueva Jersey. Tras unirse en un eventual Ejército de los Estados Libres (Free States Army en el original), este movimiento de intenciones poco claras avanzó sin apenas oposición hacia la Costa Este, con las capitales administrativa (Washington) y cultural (Nueva York) en el punto de mira. Esta situación acabó por prolongarse hasta convertir la actual Manhattan en la Zona Desmilitarizada de la contienda; una tierra de nadie evacuada y protegida por un armisticio donde sólo quedan civiles que se niegan a abandonar sus hogares, mendigos, bandas urbanas y francotiradores. Ningún civil puede acceder a la Zona Desmilitarizada; nadie en el exterior conoce las condiciones día a día del verdadero frente de guerra. Sin embargo esta situación pronto va a cambiar: durante la realización de un programa especial para la cadena Liberty News Network, el equipo periodístico a cargo es atacado y masacrado por la milicia local. Sólo Matthew Roth, un joven fotógrafo recién incorporado, sale con vida. Desorientado y perdido, tendrá que escoger entre tratar de salir de la isla o hacer el reportaje corresponsal de su vida, consiguiendo lo que muy pocos en su profesión logran y todos sueñan: contar la verdad en primera línea y arriesgando el pellejo.
 DMZ es una buena serie, con guiones notables y un aspecto gráfico de primer orden. Quizás el principal “pero” que pueda ponérsele sea que, sobre todo en el primer arco argumental, la narración es algo confusa y precipitada, como si se quisiera contar demasiado en muy pocas páginas. Podría pensarse que es éste un estilo que vehiculiza bien lo que en definitiva es una crónica bélica, pero de ser así no podría ser idéntico en los pasajes más intimistas. A todo esto hay que añadir el hecho de que el lector que no sea estadounidense, a menos que conozca de primera mano el contexto urbano en el que se desarrolla la serie, no se sentirá tan sobrecogido por ver los lugares comunes de los neoyorquinos convertidos en zona de guerra. Pero lo cierto es que DMZ encierra también numerosas virtudes, ya que los guiones ganan enteros cuando se narran pequeñas historias autoconclusivas como las dos que cierran el tomo, siendo precisamente la fuerza dramática de la vida diaria bajo la sombra de un conflicto armado lo que potencia el desarrollo argumental y la construcción de personajes. A esto hay que sumarle la frescura de ver un cómic con gran fuerza en sus guiones y que prescinde de todo elemento fantástico, sobrenatural o artificioso para enmarcarse dentro del relato periodístico puro y duro.
Con un dibujo de Burchielli minucioso y detallista, en especial con todo lo referente a arquitectura, vehículos y ropajes, este es un cómic que gustará a aquellos que busquen algo diferente, comprometido y consistente.