miércoles, 3 de diciembre de 2014

03/12: Borderline Vol. 4 (Final)



03/12: Borderline – Vol. 4 (168 Págs.) - Final
Carlos Trillo y Eduardo Risso – Puro Cómics 2007

Cuarto volumen de Borderline, el volumen final de una historia de ciencia ficción distópica y sombría. En esta obra, se nos cuenta sobre el futuro en el cual en los restos ruinosos de la Tierra, los infralúmpenes venden partes de su cuerpo para sobrevivir entre dos potencias rivales que se dividen el gobierno del Borde: la Comuna y el Consejo. Finalmente nos enteramos que el cambio climático provocó en el futuro la descomposición social y política, gracias a un invento de Heimmer, que provocó la lluvia ácida, diseñándola como un arma de destrucción masiva para completar la eliminación de los enemigos oficiales  el proceso que llevó a la brutal realidad existente. 

 Las historias en el volumen están vagamente vinculadas. Se nos cuenta como el Mariscal controla tanto el Consejo como la Comuna por igual, y qué papel jugarán Lisa y Licántropo. Pasamos de una noche radiactiva cuando los infralúmpenes salen a bailar en la noche, a un viaje  atrás en el tiempo por Licántropo, que descubre que puede divertirse con una inocente ciudad de nuestro presente, y hasta tendrá un inesperado encuentro con un hijo.  Poco a poco el desenlace final tendrá como claras protagonistas a Lisa y a Gacela de Noche, quien saca mucha chapa y con su poder de anticipadora jugará casi el papel principal en el final. Un final que parece demostrar que no hay bandos buenos y malos, si no una lucha por ver qué facción tiene el poder. Una visión cínica y muy jugosa de la política.
 Uno de los problemas con la ficción distópica es la fatiga que al lector le produce la implacable miseria y profundo pesimismo que se emplea en estas historias, pero Carlos Trillo logra pasar a través de esta desventaja narrando hasta los detalles más elementales requeridos para mover la acción hacia adelante y el uso muy cuidadoso de un corte de humor que da al lector un descanso. Esto crea un contexto emocional sutil y atractivo.
 Eduardo Risso es el encargado del arte en esta historia, y como ya repetí anteriormente, tiene un extraordinario uso del blanco y negro, que proporciona los detalles necesarios para las historias se desenvuelvan, dotando de expresividad e individualidad al elenco protagónico.
 La visión sostenida de los dos creadores en estos cuatro volúmenes de Borderline es maravillosa, demostrando que hay lugar para combinar la amargura con la satisfacción. Un trabajo bien centrado y emocionante, que nunca se ablanda en su premisa ni en el resultado. Y esto es gracias a la energía de la narración y el arte levantando esta historia distópica por encima de su propia desesperación. Nada más que aplausos.

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