lunes, 6 de junio de 2016

06/06: Señal y Ruido



06/06: Señal y Ruido (96 Págs.)
Neil Gaiman y Dave McKean – Atisberri Ediciones 2008


Para Neil Gaiman y Dave McKean, el final de la década de los ochenta fue el pistoletazo de salida de una carrera que, pese a desarrollarse en diferentes direcciones, no ha podido evitar unirse cada cierto tiempo para dar a luz diversas obras conjuntas, ya sea en el terreno de la literatura, de la música o del cómic.
Señal y Ruido apareció a partir de 1989 en la revista británica The Face y fue republicada en tomo en el año 1992. Para la edición americana de Dark Horse, McKean añadió una serie de ilustraciones que separaran los capítulos y en el recopilatorio en tapa dura de añadieron a modo de prólogo una serie de historias cortas de un par de páginas de duración, dos de ellas firmadas en su totalidad por McKean y otra sobre guión de Gaiman: Wipe Out! (1989), Deconstruction (1990) y Vier Maurn (1990).
Esta historia de Neil Gaiman analiza algunas cuestiones como el sentido de la vida y la muerte, la relación entre el creador y su obra o aquello que perdura, en definitiva, la señal por encima del ruido. Una obra compleja en su guión y en la plasmación que proyecta McKean en las páginas, de gran formato y donde mezcla sus lápices y tintas, los colores oscuros y diversas técnicas de fotografía y collage. Todo para dar forma a una historia donde un artista reputado, un director de cine, se dispone a dar a luz su obra definitiva, aquella película de madurez que le permitirá por fin alcanzar la realización. Pero por desgracia eso no va a ser posible, porque se le diagnostica un cáncer terminal que le deja con apenas unos meses de vida. Mientras atraviesa por los estados anímicos naturales tras la noticia, decide que rodará la película en su propia cabeza, visualizándola paso a paso: una historia que tiene lugar en un pueblo cerca de una montaña en el año 999 D.C., cuando todos sus habitantes se preparan para un cambio de milenio que creen traerá el apocalipsis sobre la tierra y el final de todas las cosas.
 De esa forma se mezcla los últimos meses del artista con la ensoñación que tiene lugar dentro de su cabeza, historias dentro de historias, trazando difíciles paralelismos entre uno y otro y permitiendo a McKean explayarse en el tablero de dibujo. En un momento hay una serie de ilustraciones a toda página, como si de cuadros de arte se tratasen, donde aparecen reflejados los Cuatro Jinetes del Apocalipsis.
 Es difícil describir el trabajo de estos dos británicos y separar las aportaciones de cada uno: sus obras en conjunto tienen un toque especial que las diferencia del resto de colaboraciones que han tenido por separado. Las viñetas se superponen las unas a las otras, varía el plano y el encuadre, el tamaño de las ilustraciones, a veces se usa texto impreso y otras diálogos, el punto de vista del narrador, etc. Señal y ruido es una obra compleja que no deja indiferente.
 Especial atención merece la edición en tapa dura de Astiberri : solo pensar en la labor de traducción y maquetación que han tenido que llevar acabo sirve de explicación para una obra que ha tardado décadas en traducirse a nuestro idioma. Si tienen la suerte que yo tuve, de encontrarla en el showroom de una comiquería, no duden en hacerse de esta obra, porque vale cada peso que les cobren.

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