jueves, 17 de julio de 2014

17/07: Lucha Peluche Vol. 1



17/07: Lucha Peluche – Vol. 1 (96 Págs.)
Niño Rodríguez – Ediciones de la Flor 2010

Un chancho vendiendo jamón. Por puro peso simbólico, esa imagen es una de las más violentas que el humor gráfico argentino publicó en los diarios durante 2008. El autor de tamaño golpe fue el Niño Rodríguez y la ocasión, una tira publicada en el diario Crítica de la Argentina. Ante la imagen, el conejo blanco que hace las veces de voz de la conciencia del dibujante reflexiona que “el capitalismo es un chancho vendiendo jamón”, con el agregado de que, además, el porcino es un exiliado de la China -presuntamente- comunista. La tira es una de las tantas que integran Lucha Peluche Vol. 1, publicado por Ediciones de la Flor, en una bonita edición de formato apasaido, en Abril del 2010. Lo malo es que sólo ha salido el volumen 2 después de muchos años de espera, y no habrá más debido al cierre del propio diario.

 Ácido, provocativo e impiadoso, esas son las características principales del humor de Rodríguez. El tipo no perdona a nadie: en sus chistes caen por igual Dios y el Diablo, empresarios y opinólogos políticos de toda laya, linyeras y financistas, periodistas con lista de precios y modelos. Partiendo de la premisa de que nadie es inocente, el dibujante hace a todos objetos de crítica y humor.

En lo gráfico, Rodríguez combina ángulos bien marcados con bordes redondeadísimos, utiliza colores plenos y trazos definidos con precisión. Se percibe en su trabajo una fuerte influencia de la ilustración y el diseño gráfico contemporáneo que también aparece en otros humoristas gráficos de los medios nacionales (notablemente, Max Aguirre). Lo que distingue al hombre de Crítica es su paleta de colores muy primarios, casi agresivos, a tono con el espíritu general de Lucha Peluche.

 Pormenorizar cada uno de los personajes que propone el autor excede los objetivos de esta reseña. Sí vale señalar que con ellos Rodríguez parece dar cuenta mordaz sobre el mentado “ser nacional” y critica despiadadamente a sus coterráneos. Entre esos habitantes del “Culo del Mundo” en que transcurre la tira, las modelos, Morta Dela y Tony Torres. Betina y Muriela son el prototipo de modelo descerebrada. Tanto que parece exagerado y los personajes exceden sobradamente el estereotipo. Además de estúpidas, el autor muestra a las esqueléticas dispuestas a cualquier cosa con tal de un minuto al aire, desde competir a ver cuál de las dos tiene más enfermedades hasta encamarse con un gorila. Cualquier parecido con la realidad, claro, es pura coincidencia. Morta Dela, en tanto, es un personaje increíble. Desde Diógenes y el Linyera que un excluido social no se convertía de modo tan intenso en personaje de una tira. Pero mientras el personaje de Clarín es un tipo que parece marginado por su propio desinterés en incluirse, el de Rodríguez es de una violencia atroz: un cartonero capturado por los prejuicios más hegemónicos al punto de confiar ciegamente en el futuro, sin importar cuánto ruido le haga la panza. Un optimista “genético” que acepta empaparse porque “esto le viene bien al campo” o se alegra de que la Constitución vaya a la basura porque eso “aumenta el índice de cartoneo”. Y Tony Torres es el periodista televisivo de la serie. Pero mientras en la mayoría de las tiras los comunicadores aparecen retratados como abnegados servidores del lector/espectador, en este caso se trata del notero más venal que pueda imaginarse. Un tipo capaz de decir sobre el mismo tema cosas completamente opuestas con segundos de diferencia, según qué medio emita la cobertura (y cuánto le paguen). Sensacionalista al punto de tener la piel amarilla, con Torres el autor señala todo lo que está mal en el periodismo.
 Claro que semejantes personajes no son un producto de la casualidad, tienen un asidero real y, además, acompañan desde el vamos el nombre del propio diario. Lo notable es que el libro cubre los primeros seis meses del medio, en los que Crítica intentaba posicionarse en el difícil panorama periodístico local a fuerza de ataques inclementes a Papel Prensa y Clarín, un apoyo al entonces todavía-proyecto de Ley de Medios y la visión del famoso conflicto entre Gobierno y el Campo. Hoy Crítica ya no está saliendo a la calle, y por eso, mientras se espera que otro proyecto pueda dar cobijo a estas tiras, este libro es una de las pocas chances que habrá de leer una de las mejores producciones de humor gráfico del país de los últimos años.

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