jueves, 1 de enero de 2015

01/01: All-Star Superman



01/01: All-Star Superman (328 Págs.)
Grant Morrison y Frank Quitely – ECC Ediciones 2014

El año pasado lo comencé y cerré con una reseña de Superman, y entonces me pareció adecuado comenzar el segundo año del blog con otra reseña dedicada al ¿último? hijo de Kripton. Aunque en los últimos tiempos su primacía haya decaído en beneficio de otros personajes como Batman o Green Lantern y su franquicia se vea sacudida  por vaivenes editoriales y bailes de autores, solamente hay que ver la excelente recibida a su aparición cinematográfica para comprobar que Superman siempre será el primero de los superhéroes. Algo tendrá el agua cuando la bendicen y algo tiene Kal El para convertirse en el tipo de encargo con el que toda la profesión sueña. La línea All Star ha sido una de las premisas más atractivas que ha presentado el cómic estadounidense en los últimos años. Personajes de primera línea que presentaban lo que debían ser los caracteres definitorios del arquetipo de la mano de autores de primera línea. Los dos primeros proyectos, centrados en Superman y Batman, resultaron ser los últimos. Sin embargo el primero, que ECC vuelve a editar en España, sirvió para que Grant Morrison y Frank Quitely hicieran disfrutar incluso a quienes no eran seguidores de Superman.

 Confieso que nunca he sido un gran seguidor del personaje, y aún así era inevitable acercarse a los trabajos que habían realizado con él autores como Alan Moore, John Byrne o Kurt Busiek. Tenía que comprobar por mí mismo si las alabanzas vertidas sobre este All Star Superman eran proporcionadas o un tanto exageradas. Después de la lectura tuve que dar la razón a quienes me advertían de que era el mejor cómic del personaje en mucho tiempo.
 No es la primera vez que Morrison realiza una labor de estas. La dualidad Kal El / Clark Kent, la singular relación con Lois Lane, la presencia de Jimmy Olsen como amigo y aventurero, el trabajo en el Daily Planet bajo las órdenes de Perry White, las amenazas de enemigos como Bizarro o, por supuesto, Lex Luthor, el cuartel general del héroe y elementos tan misteriosos y sugerentes como la ciudad embotellada de Kandor o el exilio de la Zona Fantasma. Sería inconcebible contar una historia arquetípica de Superman sin estos ladrillos y muy probablemente lectores con más afición de verdad señalarán unos cuantos más. Morrison parece partir de la premisa de que todo lo contado sobre el personaje puede valer, pero el espacio es limitado y ha hecho una buena selección de unos clásicos que pueden identificar el lector del kriptoniano, pero también el telespectador de series como Smallville o el cinéfilo. El aficionado experimentado podrá identificar mil pequeños detalles que, afortunadamente para los legos, se recogen en los artículos explicativos que acompañan al tomo.
 La historia presenta a un Superman en el apogeo de su gloria, pero también en el prólogo de la que podría ser su última aventura. ¿Cómo afrontaría la situación definitiva? Kal El es un semidiós contemporáneo que afronta su versión de los trabajos hercúleos como preludio de un final que bien podría suponer tanto la muerte como la eternidad. Aquí encontramos elementos que evocan el trabajo de Morrison al frente de la Liga de la Justicia y la historia ambientada en un futuro distante. Todo se aprovecha, hasta las disparatadas aventuras de Jimmy Olsen. Todo pasa por el tamiz interpretativo de las ilustraciones de un Frank Quitely en estado de gracia que vuelve a encandilar logrando algo que no está a la altura de todo el mundo: convencernos de que Clark Kent y Superman pueden pasar por individuos diferentes, más allá de las gafas y el peinado.
 La nueva edición española constituye una oportunidad inmejorable (aunque dolorosa para el bolsillo al venir importada desde España) de hacerse con un cómic irrepetible que es buen botón de muestra del gran trabajo desarrollado por Morrison en DC en los últimos años. Con All Star Superman  podemos creer que realmente un hombre puede volar.

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