martes, 23 de septiembre de 2014

23/09: Marmalade Boy Vol. 5



23/09: Marmalade Boy – Vol. 5 (194 Págs.)
Wataru Yoshizumi – Editorial Ivrea 2007

Luego de un tomo dramático, tirando a la tragedia familiar, con la búsqueda de uno de los protagonistas de su verdadero padre, en el quinto tomo de Marmalade Boy todo afloja, y ahora el hincapié vuelve a ser la historia de amor, con pocas escenas de humor, todo tirando a lo romántico. Es por eso que su autora, la mangaka Wataru Yoshizumi hace volver los tonos pasteles, las miradas tristes, los primeros planos a los rostros. Nuevamente tenemos pocos o casi ningún fondo como punto negativo, excepto en la escena de la playa, donde se retrata el mar de manera delicada y hermosa, todo un logro. La Editorial Ivrea publicó este quinto tomo en Enero del 2007, con la habitual traducción a cargo de Marcelo Vicente.

 El tomo comienza con la resolución del culebrón anterior, cuando Yuu Matsura busque a su verdadero padre, y le pregunta al padre de Satoshi Miwa que tuvo un romance con su madre en la juventud si es que él es su verdadero padre. Una vez que se resuelve este conflicto, tenemos finalmente el blanqueamiento de los sentimientos de Yuu y de Miki Koishikawa, cuando ambos se declaran finalmente después de tantos enredos, tantos tire y afloje, tantas histeriqueadas de la protagonista. Quedará como gran escena (vuelvo a repetir) el beso en la playa. A lo largo del tomo entonces tendremos a los dos protagonistas en pareja (aunque sus padres no lo sepan, y esto de para situaciones graciosas) con muchas escenas y pensamientos románticos. Los personajes secundarios actuarán poco, aunque habrá espacio para que Satoshi persiga e intente levantar con su manera particular y graciosa a Meiko Akizuki, o que Ginta Suou empiece a sentirse atraído por Arimi Suzuki.
Pero como Wataru Yoshizumi parece divertirse poniendo trabas entre el amor de los protagonistas de su manga y armando ya no triángulos amorosos, si no dodecaedros amorosos, se introduce el personaje de Suzu Sakuma, una modelo quinceañera que actúa en un comercial junto a Yuu, y desde ahí decide apuntarle los cañones al carilindo protagonista, ya que es una joven caprichosa que obtiene lo que quiere. Es por eso que gracias a su primo Satoshi, convence a Yuu para que sea su maestro particular, y así poder acercarse. Y como si esto no fuera poco, Miki consigue un trabajo atendiendo en una heladería, y allí tiene un primer encuentro con un nuevo personaje, quien todavía no dice una palabra pero ya pinta que tendrá alguna relación con la protagonista.
 Solo queda ver en el próximo tomo como estos dos nuevos personajes podrán poner en peligro la (ahora) relación estable de los protagonistas. El culebrón no es sólo para novelas mexicanas.

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