sábado, 17 de octubre de 2015

17/10: American Vampire Vol. 1



17/10: American Vampire Vol. 1 (200 Págs.)
Scott Snyder, Rafael Albuquerque y Stephen King – ECC Ediciones 2013

Pasé por los zombies, los demonios y los monstruos, y en el mes del terror en el blog faltaban las historietas de vampiros. Hace poco tiempo me hice a través de Amazon, con algunos tomos de esta serie que ECC fue publicando a partir del 2013, y que estaré completando en los siguientes meses. American Vampire es un cómic que aparece justo en la cresta de la ola de este revival vampírico que disfrutamos o sufrimos (según la óptica) en los últimos años. Sus autores insisten en presentar su trabajo como una reacción a la desnaturalización que está sufriendo la figura del vampiro, como un retorno a la concepción de éste como depredador chupasangre sin más adorno ni fanfarria. La obra cuenta con guión de Scott Snyder, del que pude leer su obra más reciente en Vertigo en el primer día de este mes, pero también cuenta con el atractivo añadido de ser la primera incursión en el mundo del cómic de Stephen King, un auténtico “prócer” de la literatura moderna.

 La historia concebida por Scott Snyder, y posteriormente guionizado por él y Stephen King, cuenta dos historias con un nexo de unión: el personaje de Skinner Sweet, el primer vampiro americano, pionero de una nueva especie más poderosa, capaz de caminar bajo el sol. Así, el cómic alterna la historia del nacimiento de este vampiro en el “wild west” norteamericano de finales del siglo XIX, guionizada por Stephen King, con el relato de Pearl Jones, una joven aspirante a actriz en el Hollywood de la década de los 20 (trama guionizada por Scott Snyder).
 Como principal pecado del cómic habría que señalar que la historia de Pearl Jones, por original e impredecible, resulta mucho más interesante que la de Skinner Sweet, lo que descompensa la lectura y hace que las páginas ambientadas en el salvaje oeste se conviertan en un trámite. Quizás porque el “vampiro genuino” que venía a romper con los moldes del chupasangre moderno resulta ser un personaje mucho más plano y evidente que el de la joven actriz, quizás porque a Stephen King se le nota en exceso que no domina el medio, y su narración resulta correcta, pero carente de ritmo y con diálogos extrañamente articulados. Lo cierto es que American Vampire sería mejor cómic si se centrara en la historia de Pearl Jones y relegara a Skinner Sweet al papel de secundario curioso cuya historia se narra en esporádicos flasbacks. Sin embargo, hay una obstinación por parte de todos en que éste sea el protagonista y en hacernos ver que el personaje es todo un hallazgo (supongo que por eso su historia se ha puesto en las manos de King), cuando lo cierto es que carece de la complejidad y misterio que debería tener un protagonista. Quizás, que los vampiros sean caballeros atormentados por la naturaleza de la bestia, hombres que intentan no deshumanizarse (en lugar de dar rienda suelta a su salvajismo), no sea, al fin y al cabo, tan mala idea.
 Un cómic interesante que merece una lectura, bien ilustrado por Rafael Albuquerque, que tiene el acierto de variar el color con el que acompaña a su lápiz según dibuje las páginas correspondientes a Skinner Sweet o a Pearl Jones, pero no es un cómic memorable que vaya a revolucionar la figura del vampiro moderno. Aún así, es muy entretenido ver esta nueva forma de presentar a los vampiros, y es muy recomendable a los amantes del género.

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